FRAMBUESAS EN LAS SIERRAS BONAERENSES

Compartir

Un sabor especial

Al pie de las sierras más antiguas de la provincia de Buenos Aires, se encuentra el Pueblo Turístico Barker, pequeña localidad de Benito Juárez, con la belleza y el verdor típicos de un valle.

Las cadenciosas lomadas del faldeo serrano, el viento y la temperatura conforman el ambiente perfecto para el desarrollo de las plantaciones de frambuesa. “Necesitan mucho frío para crecer, el calor les molesta”, explicó Sandra de la Torre, quien junto a Carlos Carrizo, su compañero, están a cargo del emprendimiento familiar La Celema -IG: @la_celema-.

La Fiesta Provincial de la Frambuesa -IG: @fiestapcialdelaframbuesa– celebrará su vigésima edición, desde el 3 al 5 de febrero en el complejo Loma Negra. Esta festividad representa un gran logro: producir desde el turismo como salida de la crisis económica del año 2001.

Las opciones para este pueblo cementero eran solo dos: quedar en ruinas o transformarse. «Para Barker, la crisis fue un impacto muy fuerte y empezamos a trabajar en un proyecto de reconversión para no desaparecer. Pensamos distintas acciones, entre ellas la Fiesta de la Frambuesa porque teníamos la plantación municipal«, rememoró Alejandro Hernández, director de Turismo local.

La primera edición se llevó adelante en febrero de 2003 y, desde ese momento, la festividad no paró de crecer. Por este destino turístico de cinco mil habitantes llegaron a pasar más de quince mil personas. «La comunidad se apropió del evento y se siente la mejor anfitriona«, afirmó Hernández.

Durante tres días en el predio se colocará una carpa central en la que se comercializarán tartas, tortas, dulces, mermeladas y salsas de frambuesas. La chef María Montenegro cocinará en vivo platos exclusivos a base de ese fruto rojo.

El viernes 3 tocará Vieja Minga; el sábado, Sin Nombre, Estani, Fabricio Rogríguez, La Beriso y Coneja China, y el último día, Fabiana Cantilo y el Chaqueño Palavecino.  Además, shows infantiles, exposiciones, paseos de artesanías y visitas guiadas a las plantaciones. 

Nos ubicamos debajo del ciruelo y empiezo a contar cómo trabajamos, luego entrego una canastita para recolectar la fruta, que se puede cortar y comer directamente, ya que realizamos buenas prácticas agrícolas: no usamos agroquímicos”, detalló de la Torre.

La entrada tendrá un valor de 1.500 pesos y lo recaudado será destinado a instituciones locales.